miércoles, 15 de agosto de 2018

Con los ojos cerrados



Con los ojos bien cerrados y el corazón guiando a la razón, me muevo por los impulsos que me dejan sin aliento. No busco perder el tiempo sino encontrarlo en cada efímero beso. Perseguir al destino no tiene sentido si él siempre irá dos pasos por delante, y mucho menos echarle la culpa de todos los fallos que cometo cada vez que tropiezo y me caigo de nuevo sin remedio.
No me importa apostarlo todo, si hay un atisbo de éxito. Porque quién no arriesga, no falla, y no pienso pasarme la vida dibujando pasos perfectos sobre la arena mojada. A veces miedo, otras euforia, pero nunca dejo que mi cuerpo dé un paso atrás, por si acaso al retroceder uno, pone la marcha atrás.
Puedes pensar que soy demasiado pequeña para mi estatura, o que todavía no he bailado suficientes veces con el diablo, pero yo me atrevo a pensar que todo a su debido tiempo. Y que si hoy te escribo, quizá mañana te borro. O si mañana te olvido, quizá pasado te añoro.



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